Ahí estaba yo, una mujer
de veinte y tantos años; completamente cansada de esperar y de llorar por algo
que quizás nunca podría ser.
Y es que hay cosas de las
que nunca estaré completamente segura; como, por ejemplo, la constante incertidumbre
de no poder descubrir, si realmente existe un legítimo culpable para toda esta
tristeza. En fin, no es que no quisiera saberlo,
Da igual lo que fuera; lo
cierto es que a pesar de todo, siempre hay pocas cosas de las que podemos estar
seguros y entre ellas, me atrevo a mencionar que estoy completa y absolutamente
segura, de que en esta vida, no existe nada más triste, que aquella declaración
de amor que nunca se hizo, o esos besos que no se dieron en su momento y esas
palabras que jamás fueron dichas, o que si lo fueron, no fue a la persona
correcta.
Autora: Antonela CM
Fecha que lo escribí:
06 de abril del 2020
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